hijos

cuando estoy bien

cuando me acerco a todo lo que puedo llegar a ser no tengo dudas

Elijo exactamente lo que es mejor para todos

y mis hijos padecen crisis de crecimiento, en las que se convierten en mejores seres humanos. 

Gracias Bilma por recordarme lo que me alimenta el amor de mis hijos. 

Ese amor que muchas veces no se hace explícito en palabras y sin embargo está colmando cada uno de sus preciosos y pequeños recovecos. 

da muchísima serenidad y confianza el ver los resultados, inmediatos, directos, aplastantes, del colocarse como madre-mujer-hembra, llena de amor y firmeza. Gracias Eugenia por ayudarme a conectarme con ello. 

Las dudas abren brechas que nos zarandean. 

y no es falta de espíritu crítico, ni imposibilidad de cambio. Todo lo contrario, el cambio es constante, aunque sólo en una dirección, la dirección correcta. La dirección del bien. 

ah! qué gozo disfrutar esa Verdad. 

Recién la estreno.

Experimento hasta encontrar el punto exacto y cuando lo encuentro, aunque sea una sóla vez, grabo su impronta en cada una de mis terminaciones nerviosas, dejándome un legado que puede contra toda una cultura equivocada. 

Amo a mis hijos y sé que amarlos significa llegar a ser la máxima expresión de mí misma. 

La mejor versión posible de Dácil. 

Ni un ápice menos. 

Es lo que se merecen.